12 de abril de 2016

El Cuerpo Hablante -Boletín N. 16-. LA CONSISTENCIA DE LA IMAGINARIO, por Mónica Febres Cordero de Espinel



Valiosas nociones para pensar… Así termina Mónica su texto, es una frase provocadora, es una invitación al trabajo. ¡Léanlo lo van a disfrutar!

En la última enseñanza de Lacan, se trata de la pura iteración en lo real del Uno del goce, una irrupción en el cuerpo que “se goza”. Es situable en el registro freudiano del autoerotismo y podemos suponer un estado previo a la introducción del significante. A partir de este momento Lacan ya no hablará de sujeto e introduce la noción de parletre, el hablaser. 

Bajo esta nueva perspectiva del cuerpo, ¿cómo entender la consistencia de lo imaginario? Eric Laurent, en “Hablar con el síntoma, hablar con el cuerpo”, texto que fue presentado en los argumentos para el Enapol VI, se refiere al Seminario de Lacan, L´insu, clase del 16 de noviembre de 1976, y dice que Lacan le da a lo imaginario una consistencia equivalente a la de lo simbólico. Lo cita: "Me di cuenta de que consistir significaba que había que hablar de cuerpo: que hay un cuerpo de lo imaginario, un cuerpo de lo simbólico –es la lengua– y un cuerpo de lo real, del cual no se sabe cómo surge". 

Lo imaginario dice Laurent es lo que nos permite desembrollarnos. La referencia sigue siendo el Seminario de Lacan, cuando afirma que conocer el propio síntoma quiere decir saber hacer con él, desembrollarlo, manipularlo. Y más aún: "Lo que el hombre sabe hacer con su imagen, corresponde en ciertos aspectos a esto y permite imaginar el modo en que salimos del embrollo con el síntoma". Laurent le da la siguiente importancia a lo imaginario: éste nos da las coordenadas fundamentales para vivir en este mundo. Lograr salir del embrollo con la imagen nos permite desembrollarnos, saber hacer con la relación sexual que no hay. 

En el texto “Poner al día la imagen con relación al sinthome”, de Manuel Zlotni en Papers 2 (edición 2014-2016), el autor se refiere también al manejo que pueda hacer el parlêtre de su imagen. Cita a Miller: “Pero ser su sinthome, uno prefiere sin embargo, saber manipularlo, puesto que acá está el cuerpo metido en el asunto. (…) Lacan dice que corresponde a lo que el hombre hace con su imagen. El hombre se identifica con su imagen, pero eso no le impide poder corregirla, ponerla de moda, o en el modo que quiera”[1]

Valiosas nociones para pensar desde ahí una orientación en nuestra práctica.

Nota:
[1] Miller, J.A., El ultimísimo Lacan, Paidós, Bs.As. 2012, p. 141.

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