23 de dezembro de 2006

Algunas palabras para el año que comienza

Algunas palabras para el año que comienza.

Una mañana de este mes de diciembre tuve que hacerme presente en una escuela de educación diferencial pues el equipo concertó una reunión a fin de hacer el seguimiento de la situación de un niño de primer grado a quien veo en una institución organizada al modo de un hogar de adopción.
Hacia la mitad de la reunión la maestra el niño pronuncio la palabra *elección, esto me permitió tomar la palabra para decir que no cabe dudas de la dedicación y cuidado que se otorga a los detalles de la problemática del niño, que eso se manifiesta desde el modo de impartir la enseñanza, la atención individual, la promoción de discusión abierta, en el hecho mismo de llamar a esta reunión en la que estaban presentes, la directora la consejera escolar la asistente social la madre adoptiva del niño y la psicóloga de la escuela que todo esto que manifiesta tanta dedicación y cuidado, quedaba cuestionado por momentos en medio del papel que le otorgan a un curso de adiestramiento de perros del cual se sirven a fin de transmitir a los nov ciertas normas de conducta y comunicación, además del recurso frecuente al psicofármaco, retalina. Si el perro es fiel amigo del hombre, como es que se le puede adiestrar pregunte. Allí donde el instructor adiestrado, percibe autista al niño, como nos lo decía reiteradamente la consejera escolar, les transmití una breve viñeta de mi encuentro con el niño.
En un momento dado en la sesión le dije, me pidió jugar a las escondidas, y para mi sorpresa me pregunto hasta que numero sabia contar, le dije hasta cuatro mientras me reponía de la sorpresa e su pregunta. Él tuvo un problema, pues no alcanzaría a esconderse en tan breve lapso de tiempo que significa contar hasta cuatro. Primero intento enseñarme a contar hasta diez, pero vio que no le resulto fácil enseñarme, fue así como de manera fugaz se le ocurrió decirme, –entonces contá 3 veces hasta 4. El equipo hecho a reír y la respuesta del dicho niño autista, genero lo que se llama un proceso social.
Puede entonces compartir con ellos el hecho que venia de leer esta semana , la respuesta de un colega y amigo psicoanalista en Buenos Aires, Germán García, a quien le preguntaron en un reportaje, si es ateo,
*... siempre estamos ocupados de algo, de nuestra familia, vecinos, amigos, no es ateo el que quiere, no es fácil ser ateo, serlo es no reconocer ninguna cosa por encima de uno mismo.* Yo reconocía en cada uno de los presentes esa posibilidad de sí reconocer. El niño además lo testimonia cada mañana por querer ir a la escuela. Entonces les pregunte si podían entender mi confusión al toparme con el acento puesto en el adiestramiento y el psicofármaco, en relación a lo que se llama creencia.

Me di cuenta por el impacto que tuvo en el equipo el uso del significante psicofármaco en lugar de Retalina, que la agilidad y familiaridad que educadores dicen Retalina lo hace parte del cuento de Caperucita Roja.
Envió a mis queridos colegas de cada una de las escuelas de la AMP, un deseo que el año 2007 sigamos estando ocupados por cada uno de las cosas que nos hacen vivir.

Feliz año nuevo!!!

Perla Miglin- NLS
Israel.

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